Hace más o menos año y medio que falleció nuestro amigo Carlos Tudela en un desgraciado accidente en la montaña. Pocos días después, sobre todo por nuestra recuperación emocional, comenzaron las primeras conversaciones de dedicarle alguna vía en algún sitio de la Vega Baja.
No tardamos mucho en hablar Quesada y yo, el por su parte estuvo viendo posibilidades, y yo por la mía, al final resultó que coincidimos en la pared y en el sector: Pared Negra y en el único paño de calidad que queda libre en la pared, a la izquierda de la Gallego-Carlos y en la parte superior, entre la Almirante y la Carrillo-Pagán.
Noscostó mucho poder quedar y hacer el rabajo de limpieza y equipamiento de la vía, comenzamos a trabajar en ella, Elías Abad y yo, con la faena del primer largo, justo a la izquierda de la Gallego-Carlos y llegando a su primera reunión actual. Una de las primeras cosas que hicimos fue determinar exactamente (o aproximadamente) por donde van las vías originales de la Gallego-Carlos y la Terray.
Tras varias incursiones, descubrimos que la actual Gallego-Carlos es un enderezamiento que coge parte de la Gallego-Carlos origina y parte de la Terray, comenzando probablemente más a la izquierda de donde empieza ahora.
En todo caso, nuestro primer largo entra por lo que sería la entrada original de la Gallego-Carlos, pero siguiendo hacia arriba para enlazar en la parte superior con ambas vías (se pueden ver restos evidentes de las escaladas de los 70, con picadas y clavos en reuniones).
Quesada, en días posteriores limpió ese primer largo, y el último, ya que habían unos bloques peligrosos. En otro intento, subimos en ensamble por la vía del rápel, para adelantar camino, y equipamos el tercer largo, la bajada fue de espectáculo. Habíamos rapelado de la instalación nueva a la derecha de la Gallego-Carlos tropocientas mil veces, y zas, esta vez se nos enganchan las cuerdas, visto que no hay mnera de sacarlas, y en varios intentos, Elías sube de nuevo hasta arriba para soltarlas. Un buen rato después, llegamos al suelo (de noche, por supuesto).
Solo nos quedó el largo intermedio, casi de transición, y que lo matizaron Elías e Ignacio Cecilia, y que posteriormente equipamos. De esta orma quedaba ya finalizada la vía, a la cual le puso el nombre (y muy bien puesto) José Juan Quesada.
No se convertirá en una clásica como la Derecha del Espolón o la Código Vertical, pero a los puestos en el grado (6b), les encantará. Os animo a hacerla, pero mientras tanto, aquí tenéis la topo.